Los recuerdos, son un lindo obsequio de Dios, que nos mantienen unidos a nuestros seres queridos que han partido. Pero el mejor regalo, es la esperanza de volver a verlos en un futuro próximo.
La promesa divina es que todos los que “están en las tumbas conmemorativas, resucitarán”.
Pensar en ese momento, nos llena de fuerza y esperanza, para continuar.
Que Jehová, el Dios de todo consuelo, le conceda la paz que necesita la familia, especialmente su nietecita.