Querida y amada abuelita, hoy soñé con usted quizás por angustia de que no la he ido a ver, quizás es el duelo que nunca se termina de vivir, esta vez fue un sueño feo y raro. No sé si tendrá alguna explicación, solo espero y tengo fe de que esté donde esté sea un lugar bueno y esté con la plenitud que se merece, que este mundo no se la logró dar. Te amo y te amaré siempre con todo mi corazón. Te extraño..