En conocimiento de su reciente pérdida, es para mi un deber cristiano, hacer llegar mis condolencias a la familia, acompañadas de un mensaje de amor y fortaleza del Creador, a quien le afecta el dolor que ustedes enfrentan, como dice en los Santos Escritos:“conozco bien sus sufrimientos”, “y volveré a darle consuelo a él y a los que están de duelo con él”.
Su consuelo es claro, al explicar:”lo que sucederá a los que están durmiendo en la muerte para que[…] no entristezcan como los que no tienen esperanza”.
El mensaje es tranquilizador, nuestros amados muertos, haciendo una pausa, descansan en la memoria de Dios, donde Él los guarda para resucitarlos, en cumplimiento de su promesa:”viene la hora en que todos los que están en las tumbas […] saldrán […] para una resurrección de vida”.
Que Jehová, el Dios misericordioso y benévolo, mediante esta magnífica expectativa de volver a ver a María Inés, los llene de su paz, por el poder del Espíritu Santo.
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